viernes, 11 de abril de 2014

Que me entierren en Bayamo




Que me entierren en Bayamo
A propósito de la celebración de  la XVIII Edición del Festival de Música Popular Cubana Sindo Garay
Por Gloria Guerrero

Recuerdo el calor intenso de aquella  tarde  de julio de 1968, Cuando la curiosidad de adolescentes nos llevó a paso apresurado a un velorio inesperado en un lugar público, que por demás  tenía un aroma de guitarra rasgada y el aire solemne de guayaberas recién planchadas al son  de circunstancias dolorosas.
Bayamo, la ciudad inmortalizada por la música  trovadoresca recibía como madre pródiga a un hijo que adoptó como propio ofreciéndole  como privilegio único el regazo de su tierra bendecida: Antonio Gumersindo Garay y García, conocido como Sindo Garay
Cuentan que este  genio popular, aprendió la música a través de la vida, la elaboró en su cabeza, su garganta y sus manos sobre la guitarra. Para él un papel pautado con notas musicales no tuvo más significado que el de un misterioso jeroglífico indescifrable y que sólo a partir de su increíble sensibilidad y capacidad para sintetizar y reelaborar hechos sonoros, pudo, desde su desconocimiento de la técnica musical formal, hacer las obras que hizo.
Por supuesto que cantó a Bayamo, aún hoy se escucha esa emblemática melodía dedicada a la mujer Bayamesa, que es todo un poema de fragancia que nos enaltece…
Sus composiciones  del más puro sabor cubano, engrandecen  el patrimonio musical de nuestro archipiélago  y sirven de inspiración  a quienes  participan  en el Festival  de Música Popular Cubana  Sindo Garay, que Bayamo celebra en su honor.
Nació el trovador en Santiago de Cuba, pero por alguna razón no confesada pidió que lo enterraran en Bayamo y aquí reposa, bajo un flamboyán  que desgrana sus flores como notas, mientras que algunos conocedores del misterio de la vida y de la muerte, aseguran  que en las noche de luna se escucha  sonar una  guitarra, triste. que repite una y otra vez la melodía que todos conocemos……….
 Ella es sensible, le brinda al hombre
virtudes todas y el corazón,
pero si siente de la Patria el grito,
todo lo deja, todo lo quema,
ese es su lema, su religión.